Discurso del líder de la Revolución cubana, Fidel Castro Ruz, en la clausura del 7mo Congreso.
Constituye un esfuerzo sobrehumano
dirigir cualquier pueblo en tiempos de crisis. Sin ellos, los cambios
serían imposibles. En una reunión como esta, en la que se congregan más
de mil representantes escogidos por el propio pueblo revolucionario, que
en ellos delegó su autoridad, significa para todos el honor más grande
que han recibido en la vida, a este se suma el privilegio de ser
revolucionario que es fruto de nuestra propia conciencia.
¿Por qué me hice socialista, más
claramente, por qué me convertí en comunista? Esa palabra que expresa el
concepto más distorsionado y calumniado de la historia por parte de
aquellos que tuvieron el privilegio de explotar a los pobres, despojados
desde que fueron privados de todos los bienes materiales que proveen el
trabajo, el talento y la energía humana. Desde cuándo el hombre vive en
ese dilema, a lo largo del tiempo sin límite. Sé que ustedes no
necesitan esta explicación pero sí tal vez algunos oyentes.
Simplemente hablo para que se comprenda
mejor que no soy ignorante, extremista, ni ciego, ni adquirí mi
ideología por mi propia cuenta estudiando economía.
No tuve preceptor cuando era un
estudiante de leyes y ciencias políticas, en las que aquella tiene un
gran peso. Desde luego que entonces tenía alrededor de 20 años y era
aficionado al deporte y a escalar montañas. Sin preceptor que me ayudara
en el estudio del marxismo-leninismo; no era más que un teórico y,
desde luego, tenía una confianza total en la Unión Soviética. La obra de
Lenin ultrajada tras 70 años de Revolución. ¡Que lección histórica! Se
puede afirmar que no deberán transcurrir otros 70 años para que ocurra
otro acontecimiento como la Revolución Rusa, para que la humanidad tenga
otro ejemplo de una grandiosa Revolución Social que significó un enorme
paso en la lucha contra el colonialismo y su inseparable compañero, el
imperialismo.
Quizás, sin embargo, el peligro mayor
que hoy se cierne sobre la tierra deriva del poder destructivo del
armamento moderno que podría socavar la paz del planeta y hacer
imposible la vidahumana sobre la superficie terrestre.
Desaparecería la especie como
desaparecieron los dinosaurios, tal vez habría tiempo para nuevas formas
de vida inteligente o tal vez el calor del sol crezca hasta fundir
todos los planetas del sistema solar y sus satélites, como gran número
de científicos reconocen. De ser ciertas las teorías de varios de ellos,
las cuales los legos no ignoramos, el hombre práctico debe conocer más y
adaptarse a la realidad. Si la especie sobrevive un espacio de tiempo
mucho mayor las futuras generaciones conocerán mucho más que nosotros,
aunque primero tendrán que resolver un gran problema. ¿Cómo alimentar
los miles de millones de seres humanos cuyas realidades chocarían
irremisiblemente con los límites de agua potable y recursos naturales
que necesitan?
Algunos o tal vez muchos de ustedes se
pregunten dónde está la política en este discurso. Créanme que me apena
decirlo, pero la política está aquí en estas moderadas palabras. Ojalá
muchos seres humanos nos preocupemos por estas realidades y no sigamos
como en los tiempos de Adán y Eva comiendo manzanas prohibidas. ¿Quién
va a alimentar a los pueblos sedientos de África sin tecnologías a su
alcance, ni lluvias, ni embalses, ni más depósitos subterráneos que los
cubiertos por arenas? Veremos que dicen los gobiernos que casien su
totalidad suscribieron los compromisos climáticos.
Hay que martillar constantemente sobre estos temas y no quiero extenderme más allá de lo imprescindible.
Pronto deberé cumplir 90 años, nunca se
me habría ocurrido tal idea y nunca fue fruto de un esfuerzo, fue
capricho del azar. Pronto seré ya como todos los demás. A todos nos
llegará nuestro turno, pero quedarán las ideas de los comunistas cubanos
como prueba de que en este planeta, si se trabaja con fervor y
dignidad, se pueden producir los bienes materiales y culturales que los
seres humanos necesitan, y debemos luchar sin tregua para obtenerlos. A
nuestros hermanos de América Latina y del mundo debemos trasmitirles que
el pueblo cubano vencerá.
Tal vez sea de las últimas veces que
hable en esta sala. He votado por todos los candidatos sometidos a
consulta por el Congreso y agradezco la invitación y el honor de
escucharme. Los felicito a todos, y en primer lugar, al compañero Raúl
Castro por su magnífico esfuerzo.
Emprenderemos la marcha y
perfeccionaremos lo que debamos perfeccionar, con lealtad meridiana y la
fuerza unida, como Martí, Maceo y Gómez, en marcha indetenible.
Fidel Castro Ruz
Abril 19 de 2016, al cierre del Séptimo Congreso del Partido