El 6 de octubre es para los cubanos una fecha de dolor y
sufrimiento por l os entrañables hermanos caídos en el monstruoso crimen de Barbados, hace 40 años.
Ese día de 1976 una aeronave de Cubana de Aviación,
fue víctima de un acto terrorista en las costas de Barbados, con 73 personas a
bordo, 57 de ellas hijas de este pueblo que aún los llora.
Como dijo
Fidel: Cuando un pueblo viril y enérgico llora la injusticia tiembla.
Cuba vibró de
tristeza ante uno de los hechos más
crueles que haya conocido la humanidad, al tiempo que con más coraje
respondió a la necesidad de
continuar el camino de la Revolución y nunca inclinar la frente ante el
terrorismo.
La decisión de darlo todo por la Patria se
multiplicó entre millones de cubanos .
Una sociedad más digna y revolucionaria es el mejor monumento que podemos erigir a
la memoria de los caídos, entre ellos,
jóvenes esgrimistas y entrenadores que regresaban luego de ganar el Torneo
Centroamericano y del Caribe de Esgrima, en Caracas, Venezuela.
¡Qué salvaje! No sabe el enemigo cuántas ilusiones truncó, cuánto amor y esperanza había en esas vidas en flor, cortas aún, pero inmensamente
ricas en su aporte al trabajo, al estudio, al deporte y al deber.
En ese grupo de “joyas” cubanas estaba la pinareña
Nancy Uranga Romagoza. Tenía 22 años cuando connotados terroristas cercenaron
sus sueños de mujer, deportista y revolucionaria.
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