jueves, 6 de octubre de 2016

La humanidad continúa clamando justicia.



El 6 de octubre es  para los cubanos una fecha de dolor y sufrimiento por l os entrañables hermanos caídos  en el monstruoso crimen de Barbados, hace 40 años.

Ese día de 1976 una aeronave de Cubana de Aviación, fue víctima de un acto terrorista en las costas de Barbados, con 73 personas a bordo, 57 de ellas hijas de este pueblo que aún los llora.

Como dijo Fidel: Cuando un pueblo viril y enérgico llora la injusticia tiembla.

Cuba  vibró de tristeza ante uno de los hechos más  crueles que haya conocido la humanidad, al tiempo que con  más coraje     respondió a  la necesidad de continuar el camino de la Revolución y nunca inclinar la frente ante el terrorismo.

  La  decisión de darlo todo por la Patria se multiplicó entre millones de cubanos .
 
Una sociedad más digna y revolucionaria  es el mejor monumento que podemos erigir a la  memoria de los caídos, entre ellos, jóvenes esgrimistas y entrenadores que regresaban luego de ganar el Torneo Centroamericano y del Caribe de Esgrima, en Caracas, Venezuela.

¡Qué salvaje! No sabe el enemigo cuántas ilusiones  truncó, cuánto amor y esperanza había  en esas vidas en flor, cortas aún, pero inmensamente ricas en su aporte al trabajo, al estudio, al deporte y  al deber.

En ese grupo de “joyas” cubanas estaba la pinareña Nancy Uranga Romagoza. Tenía 22 años cuando connotados terroristas cercenaron sus sueños de mujer, deportista y revolucionaria.






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