jueves, 11 de enero de 2018

La insustituible



Muchas son los atributos  que encumbran a Celia Sánchez Manduley, pero ninguno  refleja  mejor su fidelidad y delicadeza que el  señalado por Armando Hart Dávalos: “La flor mas autóctona de la Revolución.”

El 11 de enero de 1980, la consternación  invadió el país, la muerte nos llevó a la ferviente guardiana de la obra revolucionaria, heroína de la Sierra y el llano, mujer excepcional que supo ganarse el cariño de su pueblo.

Aunque lloramos la ausencia,  ella sigue viva.  Está en escuelas, parques, círculos infantiles, hospitales y en muchas otras obras de beneficio social que  reflejan la belleza y humanidad de su exquisito gusto y sensibilidad.

La vemos con el consejo oportuno, en la preocupación por sus compañeros, la alerta a tiempo, en la mirada protectora, la sonrisa, en su firmeza y en cada pétalo de la mariposa que lucía en el pelo,  cómplice  de  aroma y generosidad.

La insustituible Celia.

Organizó la ayuda a los expedicionarios del yate Granma,  primera mujer incorporada al Ejercito Rebelde, y en la Sierra Maestra,  la más eficaz colaboradora del Comandante en Jefe Fidel Castro.


 A  más de tres décadas de su desaparición física  Celia continúa radiante como un lucero, reclamando un futuro mejor para   el pueblo, ese que nunca permitirá que  se marchite la flor más autóctona de la Revolución.






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