domingo, 7 de abril de 2019

Mujer excepcional


Recordar a Vilma Espín Guillois  en el aniversario 89 de su natalicio, reafirma la voluntad  de  continuar  lo más puro de  esa dulce y rebelde mujer: su ejemplo.

Huellas profundas dejó en los círculos infantiles, en la Federación de Mujeres Cubanas que fundó y presidió; en la defensa de los valores de la sociedad; en el papel de la familia y en toda obra de justicia por la patria.

 Valor, nobleza, sencillez, amor y apego a la Revolución formaron parte de su vida, a la cual se entregó hasta  convertirse en una cubana imprescindible.

Nació el 7 de abril de 1930, en Santiago de Cuba, en el seno de una familia sin carencias. Los padres le inculcaron    valores  que la   distinguieron  en sus relaciones  sociales y humanas. Sobresalió en  ella la avidez por el  estudio,  la cultural  y el deporte.

 Heroína de la clandestinidad, legendaria combatiente del Ejército Rebelde, alma de la organización que más ha contribuido a los derechos de las féminas y mujer  excepcional de la Revolución. Esa es Vilma.

Empuñó las armas en Santiago   y en la Sierra Maestra, como una de las principales dirigentes del Movimiento 26 de Julio.

Como parte de la lucha clandestina, protagonizó el alzamiento del 30 de Noviembre de 1956 en su ciudad natal, para apoyar el desembarco de los expedicionarios del Granma.

El mejor homenaje es mantener vivas las ideas por la que  siempre  luchó con la confianza del porvenir.

Esas que vemos  cada amanecer en la sonrisa de nuestros niños, en el ímpetu de los jóvenes, en la laboriosidad de cada mujer,    y  en la preservación de las conquistas de la Revolución. Su obra no cesa.










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